Macbeth-Lady Macbeth

   Macbeth

En el acto I, escena III, en la que Macbeth y Banquo están solos después de haber terminado y ganado la guerra, aparecen las brujas que profetizan a Macbeth sobre su futuro como Barón de Cawdor y como rey. Desde ese momento, se puede ver la intriga y ambición de Macbeth al querer saber más sobre lo que las brujas le dijeron. Mientras que Banquo (que al igual que a su compañero las brujas le profetizaron que sus hijos iban a convertirse en reyes) trata de procesar qué son esas criaturas, Macbeth solo piensa en lo que ellas mencionaron sobre su futuro, dado que el Barón de Cawdor y el Rey están vivos. Y aunque el tenga lo necesario para ser uno y otro no podría. Más adelante, llegan Ross y Angus a darle la noticia de que será Barón de Cawdor, ya que este cometió traición. Esto lo hace cuestionarse aún más sobre la profecía de las brujas, sobre si es falsa o cierta.  También los pensamientos asesinos le llegan a la mente, ya que el Barón de de Cawdor tuvo que morir para que el pudiera ocupar el puesto, por lo que el rey también tendrá que hacerlo junto a sus hijos.
Macbeth enfrenta una profunda lucha interna entre permitir que la profecía se cumpla naturalmente o tomar el destino en sus propias manos al asesinar al rey. Esta disyuntiva le provoca un intenso conflicto emocional, ya que Duncan, el rey, es su primo y Macbeth goza de la estima y confianza de él. Además, es importante considerar que el deber de Macbeth como general y barón es proteger al rey. En este contexto, su dilema se refleja en su apariencia -como un general leal, protector y familiar- frente a su esencia interior, marcada por la ambición, pensamientos homicidas y la traición.

Lady Macbeth

En la escena V, se puede ver a Lady Macbeth leyendo una carta enviada por su marido, Macbeth. La carta habla de su nombramiento como Barón de Cawdor y de la profecía de las brujas. Después de leerla, ella comienza a reflexionar, mencionando la debilidad de su esposo para matar por ambición. Ella demuestra su ambición y decisión al invocar fuerzas del mal para poder cometer el asesinato. Su principal petición es despojarse de su sexo, ya que en esa época el femenino se consideraba el sexo débil, y que sus palabras no vean el daño que van a causar. Después de esto, Lady Macbeth comienza a manipular a Macbeth de manera decidida y firme, utilizando todo lo que conoce a su favor. Así logra su cometido y lo convence, sacándolo de esa lucha interna entre la honra y la ambición, ganando así esta última.
Con toda esta información, se puede apreciar cuán inteligente, ambiciosa y manipuladora se reveló ella. Su astucia fue tal que, en realidad, fue ella quien ideó y llevó a cabo el plan del asesinato, situándose como la autora intelectual de este crimen. Su capacidad para urdir una trama tan compleja y ocultar su verdaderas intenciones habla de su nivel de ingenio y ambición.
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